NotiDiócesis.- La tarde de este sábado dio inicio la Jornada Diocesana de la Juventud con la celebración Eucarística presidida por el señor Obispo Jorge Estrada Solórzano y concelebrada por el padre Pedro Casillas, párroco de la parroquia de Guadalupe en Bermejillo; el padre Javier Arenas, asesor de la Pastoral de Adolescentes y Jóvenes; el padre Luis Castillo, vicario de Catedral.
Ante cerca de 250 jóvenes la JDJ el Señor Obispo dirigió su homilía diciéndoles que “en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud los muchachos han tenido a bien tener estas iniciativas que nos unen a la Iglesia Universal”. En la explicación de la Palabra de Dios expresó que el joven puede ser profeta, el joven encuentra su modelo en Cristo y que todos somos amados y elegidos por Él.
“Dios llama a Jeremías a ser profeta, un joven que no pasaba de los 20 años. Su vocación profética le causó tener enemigos que le persiguieron continuamente y también vivió crisis personales porque no siempre creía tener la cercanía de Dios en su vida”, señaló.
La llamada de Dios es muy sencilla para el profeta, pero este se detiene porque piensa que esta llamada va a causarle complicaciones, “le dice que no sabe expresarse porque solo es un muchacho, sin embargo, Dios le responde que no tenga miedo, que Él estará con él para defenderlo”.
Ante esto, les invitó “a hacer suya esta experiencia de la Palabra de Dios, vayámonos poniendo en el lugar del profeta, pues ser profeta es ser incomodo, pues el profeta dice anuncia cosas duras, es el que habla en nombre de Dios, anuncia y denuncia”, indicó.
También recordó que ser seguidor de Jesús es difícil, y ante la pregunta sobre si vivir la vida cristiana ha sido fácil respondió con un rotundo no, “algunas personas que hoy admiramos como auténticas cristianas también han vivido la cruz, la duda, el sentirse incomprendidas y solas, ¿qué les ha mantenido? La fidelidad, el vivir cada día esta primera llamada, en alimentarla, en hacerla crecer”. Además, dijo que la historia vocacional de cada uno ayudarnos a reforzar los pilares de esa primera llamada y decir junto al salmista aquí estoy, Señor para hacer tu voluntad.
Al finalizar su homilía les pidió encontrar su modelo en Cristo la auténtica alegría para el joven “aprendamos de María, ella va y trasmite lo que ha recibido, va con prontitud, no solo rápido sino en el momento oportuno. Vayan con prontitud y alegría” Les insistió en que no pregunten el porqué han sido elegidos, sino que vivan con generosa responsabilidad esa elección, “pidamos la gracia de Dios para poder ser verdaderos testigos de su amor y que vivamos conforme a sus enseñanzas y las manifestemos en el mundo, entre sus compañeros, amigos, generación, aquí en el que el joven debe evangelizar al joven”.
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