Desde la fe
La festividad litúrgica de Nuestra Señora del Refugio es el 4 de julio, pues en 1719 fue coronada con este nombre por el Papa Clemente XI, en tiempos en los cristianos evangelizados por los jesuitas eran perseguidos en China imperial.
El origen de la imagen de Nuestra Señora del Refugio se encuentra en Italia. En 1690, en un lugar cercano a Montepulciano (Monte de las Pulgas), se refugiaban muchos malhechores. Un campesino llamado Antonio Rossi encontró la imagen en un pajar y, con el deseo de alejar a los malvados, la colocó en el tronco hueco de una encina del bosque.
El lugar pronto recuperó la paz. Algunos malhechores se alejaron y otros regresaron al camino correcto.
El lugar se convirtió en un punto de refugio y descanso para los caminantes que, con cariño, llamaron a la imagen: Nuestra Señora de la Encina o Nuestra Señora del Refugio.
Significado de la imagen de Nuestra Señora del Refugio
La imagen de Nuestra Señora del Refugio representa la protección maternal de María. En ella, la Virgen aparece ataviada con vestido color rosa y manto azul. La virgen está sentada y sostiene en sus brazos al niño Jesús.
La imagen presenta a la Virgen casi de la media cintura hacia arriba. El niño se sostiene del brazo derecho de su madre y se levanta de pie cubierto sólo por un delicado velo que funge como pañal. La Virgen y el Niño están coronados. Ella tiene una aureola formada por doce estrellas.
La imagen, tal y como la conocemos, es una copia de una pintura que el beato Antonio Baldinucci, misionero jesuita, mandó hacer del original de Italia. Esta copia se venera en Frascati, al sureste de Roma, cuyo santuario es centro de peregrinaciones.
En 1719 llegó a la Nueva España la primera estampa traída por el jesuita Juan José Giuca. Inmediatamente se le comenzó a venerar en parroquias, capillas e, incluso, en los nichos de las esquinas de las calles, especialmente en Zacatecas, Guanajuato, la Sierra Gorda de Querétaro, Puebla e, incluso hasta la Alta California y Guatemala.